Yan Xuetong, "Prevenir Disputas Ideológicas"

 

*Traducción de Cristina Reigadas, David Ownby, y DeepL. El texto completo en inglés se encuentra publicado en: https://www.readingthechinadream.com/yan-xuetong-how-to-prevent-ideological-disputes.html


Yan Xuetong, "Por qué y cómo prevenir la intensificación de las disputas ideológicas entre China y los EE.UU."[1]

Introducción de David Ownby

Introducción

Yan Xuetong (n. 1952) es Profesor Distinguido y Decano del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Tsinghua de Beijing.  Es sumamente influyente como académico e intelectual público, con frecuentes publicaciones tanto en chino como en inglés, incluidos múltiples artículos de opinión en el New York Times (hizo su doctorado en Berkeley y ha sido profesor invitado en varias universidades de los Estados Unidos y Europa).    Al igual que muchos liberales, es optimista con respecto a China pero menos entusiasta con el Partido Comunista.  Esta postura se resume acertadamente en la reseña del libro de Yan, Leadership and the Rise of Great Powers, hecha por Pär Nyren en 2019.

"A pesar de su reputación de línea dura, siendo un egresado del departamento de investigación del Ministerio de Seguridad de Estado de China, y habiendo servido como asesor del canal de televisión estatal CCTV, Yan Xuetong no es un apologista del sistema político de la República Popular. Si bien Yan ha presentado su nuevo libro en los medios de comunicación chinos como un panorama general de lo que los dirigentes de China han hecho bien, en Leadership and the Rise of Great Powers realiza una crítica fundamental de la gobernanza del Partido Comunista. Según Yan, ‘la autoridad humana requiere coherencia entre la ideología interna de un Estado líder y los valores políticos que persigue en el extranjero. Lamentablemente, el actual gobierno chino está en conflictos al respecto’.

Más adelante en el libro continúa afirmando que China carece de una ideología ‘compartida tanto por el gobierno como por los gobernados en el país,’ lo que actualmente impide a China establecer normas de gobernanza internacional. Dicho de otro modo, Yan Xuetong, uno de los más enérgicos defensores de la creciente influencia china en el plano internacional y alguien convencido de que la  legitimidad que se percibe es la clave del poder internacional, afirma que el pueblo chino no comparte los valores del gobierno chino y que los extranjeros se desconciertan ante sus reglas internas."

El texto traducido aquí no es crítico en este sentido, y de hecho es más importante por su autoría y su oportunidad que por su contenido.  En resumen, Yan dice que China tiene una historia de 40 años de pragmatismo en la diplomacia internacional que ha servido muy bien a sus intereses.  En otras palabras, China ha practicado una filosofía de "vivir  y dejar vivir," sin vender en exceso su ideología a otro ni sentirse molestos cuando otros países critican a China en términos ideológicos.  En el actual clima de tensión entre China y los Estados Unidos, China debe resistir la provocación americana y permanecer fiel a sus principios.  Una nueva guerra fría no servirá a los intereses de China.

Quienes siguen la política exterior china más de cerca que yo, podrían muy bien cuestionar  la descripción que hace Yan del "pragmatismo" chino. Por supuesto él  no dice nada sobre las políticas del “Frente Unido” de China y otras medidas que intentan extender la influencia de China en el extranjero de maneras más sutiles. Pero en el contexto actual, lo que es importante es que Yan rechaza  la diplomacia del “Guerrero Lobo” de China, una tendencia que ha sido clara desde el verano.

Citas favoritas                                   

"La guerra fría no fue ‘ni guerra ni paz,’ sino una forma específica de guerra, a saber, una guerra indirecta.  Si se va a librar una nueva guerra fría, habrá que librar un gran número de guerras por poder, lo que no sólo traerá grandes dificultades para el rejuvenecimiento nacional de China, sino que incluso arriesgará su muerte prematura."

"No nos involucraremos en disputas ideológicas con ningún país. En la actualidad, hay más de 200 regímenes políticos en el mundo, pero muy pocos de ellos comparten nuestra ideología y nuestro sistema político. En tales circunstancias, evitar las disputas ideológicas con todos los países hará más bien que mal a nuestro país."

"Dado que la recuperación económica de nuestro país y la prevención de la pandemia nos colocan en mejor situación que a otros países, es aún más importante no comparar  horizontalmente los efectos de los diferentes sistemas políticos. Esta posición no sólo refleja el respeto de China por la autonomía de los pueblos  de otros países para elegir sus propios sistemas políticos, sino que también evita despertar la antipatía de las personas cuyo país es objeto de comparación.  Para fortalecer las relaciones amistosas entre China y otros países, es necesario que los departamentos pertinentes sean conscientes de la importancia de respetar los diferentes sistemas políticos de los demás países y controlar la arrogancia que podría desvalorizar esos sistemas políticos."

Traducción de Cristina Reigadas, David Ownby, y DeepL

El Secretario de Estado de EE.UU. Mike Pompeo pronunció un discurso el 23 de julio de 2020, anunciando la política de la administración Trump de formar una coalición anti-China basada en la ideología. Al día siguiente, el gobierno chino expresó su posición de no involucrarse en disputas ideológicas con los Estados Unidos: "Recientemente, algunas fuerzas anti-chinas del lado de los Estados Unidos han ido tan lejos como para crear deliberadamente una confrontación ideológica... China  espera aún lograr una relación no conflictiva ni confrontativa, de  respeto y cooperación mutua (win-win)  con los Estados Unidos... China no bailará al son del compás americano  ni permitirá que la parte norteamericana  cause daño." Aquí vale la pena discutir la importancia estratégica de prevenir la intensificación de las disputas ideológicas sino-americanas, así como las medidas específicas de prevención.

La importancia estratégica de prevenir la intensificación de las controversias ideológicas

El ascenso de China  crea  objetivamente una contradicción estructural con las metas estratégicas de los Estados Unidos de mantener su posición hegemónica y hace inevitable la competencia estratégica entre ambos. Sin embargo, la cuestión de dónde competir y dónde no competir se ha convertido en una elección estratégica. La competencia en los campos de la ciencia y la tecnología, la economía, las fuerzas armadas, la diplomacia, la educación, etc. es crucial para el éxito o fracaso del rejuvenecimiento nacional, por lo que la competencia en estos campos es necesaria. Por el contrario, la competencia ideológica no es beneficiosa para el rejuvenecimiento nacional y, por lo tanto, desde la reforma y la apertura de China en los 80, no participar en la competencia ideológica se ha convertido en un principio estratégico fundamental de nuestro gobierno. Su significación estratégica es múltiple.

En primer lugar, deberíamos preservar un entorno internacional  beneficioso para el rejuvenecimiento nacional en el  largo plazo. En 1981, el Comité Central del Partido Comunista de China emitió la "Resolución sobre Ciertas Cuestiones Históricas del Partido desde la Fundación de la República Popular China," en la que se resumían las lecciones históricas aprendidas desde la fundación de la nueva China, de las cuales la lección diplomática más importante es la importancia de no entrar en disputas ideológicas con otros países. La resolución afirma:

"El camino de la revolución y el camino del desarrollo adecuado a las características de un país sólo puede ser encontrado, creado y decidido por su propio pueblo, y nadie tiene el derecho de imponer sus propias perspectivas a los demás. Sólo así se puede tener un verdadero internacionalismo, de lo contrario sólo habrá hegemonismo. En nuestras futuras relaciones internacionales, siempre nos adheriremos a esa posición de principios."

Seguir el principio de no involucrarnos en disputas sobre el camino correcto a seguir, ha comprado a nuestro país más de 30 años de oportunidad estratégica para la construcción pacífica. Este principio se concretó en 2017: "No 'importaremos' modelos extranjeros ni 'exportaremos' el modelo chino, y no pediremos a otros países que 'copien' el 'Camino Chino.'"

En segundo lugar, deben reducirse los obstáculos políticos a la cooperación internacional. El fundamento del principio de no entrar en controversias ideológicas es evitar obstáculos políticos a la cooperación internacional causados por las controversias ideológicas, lo que, a su vez, puede constituir una oportunidad estratégica a largo plazo para el ascenso de China. Por ejemplo, en 1989, los países occidentales, liderados  por los Estados Unidos, impusieron sanciones colectivas a China por razones ideológicas. En respuesta, el camarada Deng Xiaoping se reunió con el ex presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, y le dijo:

"Las relaciones entre los países deben considerarse principalmente a la luz de los propios intereses estratégicos de cada país”.  La atención debe centrarse en sus propios intereses estratégicos a largo plazo, respetando al mismo tiempo los intereses de otros países, sin rencillas sobre rencores históricos o sobre las diferencias de sistemas sociales e ideologías".

La adhesión de nuestro país a la postura de no entrar en disputas ideológicas condujo al restablecimiento de nuestras relaciones con Occidente en 1993.
En tercer lugar, debemos aumentar la credibilidad estratégica internacional y mantener la estabilidad de las relaciones estratégicas. No involucrarse en disputas ideológicas significa también que nuestra posición básica de cooperar con cualquier país no cambiará como resultado de sus cambios en el sistema político o ideológico.  Mantener la continuidad política puede mejorar nuestra credibilidad estratégica internacional y así mantener la cooperación en marcha.

Por ejemplo, a fines de 1980, Mijail Gorbachov, Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, introdujo el "nuevo pensamiento liberal" y sometió la economía a reformas de tipo de shock terapéutico.  Esto fue diferente de la dirección que tomó la reforma socialista china. A este respecto, el camarada Deng Xiaoping dijo: "No importa cómo cambie la Unión Soviética, debemos desarrollar las relaciones con ella con calma, sobre la base de los cinco principios de la coexistencia pacífica, incluidas las relaciones políticas, sin entrar en disputas ideológicas."

En 1991, Rusia sustituyó a la disuelta Unión Soviética, y el primer presidente ruso, Boris Yeltsin, cambió el sistema político soviético. En respuesta, China siguió adhiriendo al principio de no involucrarse en disputas ideológicas, facilitando las cuatro visitas de Yeltsin a China durante su mandato. Esto no sólo preservó la cooperación estratégica entre los dos países, sino que también dio lugar a la formación conjunta en 1996 del mecanismo de reunión de los "Cinco de Shangai," que se convirtió en la Organización de Cooperación de Shangai en 2001.

Cuarto, debemos protegernos de una nueva guerra fría y de las guerras indirectas. La guerra fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética se caracterizó fundamentalmente por las guerras por poder entre ambas partes para promover regímenes en terceros países que compartían sus ideologías. El gobierno chino es muy consciente del peligro de que la rivalidad ideológica conduzca a una nueva guerra fría:  "Hace unos días, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, pronunció un discurso en un intento de reavivar la confrontación ideológica y llevar al mundo a una nueva guerra fría."

La guerra fría no fue "ni guerra ni paz", sino una forma específica de guerra, a saber, una guerra indirecta. Si se va a librar una nueva guerra fría, habrá que librar un gran número de guerras por poder, lo que no sólo traerá grandes dificultades para el rejuvenecimiento nacional de China, sino que incluso arriesgará su muerte prematura. Mantener la competencia estratégica entre China y los Estados Unidos fuera del ámbito ideológico ayudará a evitar las guerras por poder entre China y los Estados Unidos desencadenadas por disputas ideológicas.

Estrategias para prevenir la intensificación de disputas ideológicas

El gobierno chino ha dicho claramente a la comunidad internacional que los Estados Unidos está deliberadamente azuzando la confrontación ideológica … y que las acciones chinas no serán determinadas por un pequeño número de fuerzas anti-China en las Estados Unidos”. Cuando se traduzca esta posición a políticas y acciones concretas, podremos reducir por lo menos a la mitad la efectividad de la estrategia norteamericana de provocar confrontaciones ideológicas. Dado que los Estados Unidos instigan deliberadamente disputas ideológicas, solamente podemos confiar en nuestras propias acciones unilaterales para protegernos del peligro de que las disputas ideológicas conduzcan a una nueva guerra fría.

En primer lugar, no nos involucraremos en disputas ideológicas con ningún país. En la actualidad, hay más de 200 regímenes políticos en el mundo, pero muy pocos de ellos comparten nuestra ideología y nuestro sistema político. En tales circunstancias, evitar las disputas ideológicas con todos los países hará más bien que mal a nuestro país. Dado que los Estados Unidos están provocando deliberadamente disputas ideológicas, se ven obligados a hacer cualquier tipo de críticas a los asuntos internos de nuestro país. Dado el gran número de países del mundo cuyas ideologías y sistemas políticos son similares a los de los EE.UU., China debería continuar con su práctica actual de no morder el anzuelo y no seguir el juego, a fin de evitar dar a los EE.UU. una excusa para formar una alianza anti-China con el pretexto de la ideología. En caso de conflictos ideológicos con otros países, China debería adoptar una estrategia de adaptación y adoptar la iniciativa de minimizar diferencias y conflictos.

En segundo lugar, no criticar las ideologías y sistemas políticos de otros países. En respuesta a las diferencias ideológicas entre China y la Unión Soviética, las instrucciones del camarada Deng Xiaoping fueron: "No involucrarse en críticas o acusaciones frívolas, y no ir demasiado lejos en el discurso o la acción." Esta experiencia se aplica por igual a todos los países involucrados en disputas ideológicas con China. En respuesta a las provocaciones ideológicas de los EE.UU., nuestro gobierno respondió: "No es necesario ni posible que una parte cambie a la otra, pero ambas deben respetar las elecciones autónomas hechas por el pueblo del otro país."

Como los EE.UU. no pueden cambiar a China, no debemos temer ataques ideológicos de los EE.UU.; como no tenemos intención de cambiar a los EE.UU., no necesitamos criticar su situación de derechos humanos o sus políticas internas. El mismo enfoque puede utilizarse con otros países con los que nuestro país tiene diferencias ideológicas. Cuando una de las partes no se involucra en la disputa, logra el resultado que la otra parte no obtiene mediante la lucha.

Tercero, el trabajo de propaganda dirigido al mundo exterior no compara los méritos de nuestro sistema político con los de otros países. Siempre hemos mantenido que "todos los países y pueblos deben disfrutar de una dignidad común”.  Debemos insistir en la igualdad de todos los países, independientemente de su tamaño, fuerza o debilidad, riqueza o pobreza, respetar el derecho de los pueblos a elegir su propio camino de desarrollo, oponernos a la injerencia en los asuntos internos de otros países y apoyar la equidad y justicia internacional. "No sabes si un zapato te queda bien o no hasta que lo usas tú mismo." En cuanto a la conveniencia de un camino de desarrollo para un país en particular, el pueblo de ese país es el mejor situado para decidir. 

Dado que la recuperación económica de nuestro país y la prevención de la pandemia están en mejor situación que en otros países, es aún más importante no comparar horizontalmente los efectos de los diferentes sistemas políticos. Esta posición no sólo refleja el respeto de China por la autonomía de los pueblos de otros países para elegir sus propios sistemas políticos, sino que también evita despertar la antipatía de las personas cuyo país es objeto de la comparación. 

Para fortalecer las relaciones amistosas entre China y otros países, es necesario que los departamentos pertinentes sean conscientes de la importancia de respetar los diferentes sistemas políticos de los demás países y controlar  la arrogancia que podría menospreciar esos sistemas políticos.

Cuarto, debemos abogar por la coexistencia pacífica de los diferentes sistemas políticos y abstenernos de entrar en disputas ideológicas en el ámbito de la opinión pública. En el Libro Blanco de China sobre el "Desarrollo pacífico de China", publicado en 2011, se afirma que China "promoverá enérgicamente el diálogo y los intercambios entre las civilizaciones y eliminará los prejuicios y las barreras ideológicas, a fin de que la sociedad humana sea más armoniosa y pacífica y el mundo más diverso". Los seres humanos albergan una gran variedad de ideas y es imposible eliminar las diferencias ideológicas entre los países.

Por consiguiente, para evitar que las diferencias ideológicas afecten a nuestras relaciones exteriores, los departamentos pertinentes deben aplicar estrictamente el principio de no entrar en controversias ideológicas y crear confianza institucional en el principio de que nuestro sistema es el más adecuado para nuestro país.  En 2011, Hu Jintao, entonces Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de China, señaló que "el sistema socialista con características chinas es la garantía institucional fundamental para el desarrollo y el progreso de la China contemporánea. Encarna de manera concentrada las características y ventajas del socialismo con características chinas".

En otras palabras, creemos firmemente que el sistema chino puede traer el progreso a China, pero no suponemos que todos los sistemas extranjeros son inferiores a los de China. Para mejorar nuestras relaciones amistosas con otros países, debemos tener cuidado de respetar los diferentes sistemas políticos de otros países y frenar la arrogancia que podría menospreciarlos. Nuestra tradición de autoconfianza cultural nos enseña a "no rechazar a los que vienen de afuera ni a intentar enseñarle nuestros caminos", lo que significa que no asumimos la iniciativa de exportar nuestra ideología o sistema político, pero tampoco lo ocultamos a los que desean emularlo.

Aplicando resueltamente la política del Gobierno Central de no entablar batallas ideológicas y no exportar sistemas políticos, el Gobierno podrá demostrar que la posición de nuestro país sobre las disputas ideológicas difiere de la hegemonía de los Estados Unidos, y al mismo tiempo podrá evitar eficazmente una nueva guerra fría.

Nota

[1] 阎学通, “为何及如何防范中美意识形态之争加剧,”publicado en línea el 7 de octubre de 2020 y disponible en​ http://m.aisixiang.com/data/123110.html .

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